Análisis de Tacoma: Espacio profundo

Análisis de Tacoma: Espacio profundo

Existen multitud de géneros de videojuegos en la industria del ocio electrónico, pero uno por encima del resto divide a los jugadores de una forma que ninguno otro consigue. Hablamos de los walking simulators, aventuras (generalmente en primera persona) de corte independiente, muy limitadas en lo jugable y cuya principal preocupación es ofrecer una narrativa potente y sorprendente. Una historia interactiva.

Análisis de Tacoma: Espacio profundo

Fullbright Company es uno de esos estudios que ponen la narrativa por encima de todo lo demás. Lo hicieron hace ya cuatro años con el siempre controvertido Gone Home. Para unos se trata de una obra maestra no solo por lo que cuenta, sino por cómo lo hace y por introducir pequeños elementos de terror. Para otros es un tostón difícilmente soportable. No suele haber término medio cuando se habla de Gone Home o de juegos similares.

Ahora, cuatro años después, Fullbright ha regresado con una nueva aventura walking simulator pero cambiando por completo el contexto ambiental y la temática de la obra. Su nombre es Tacoma y nos lleva al espacio exterior, concretamente a una estación espacial en la que los tripulantes han desaparecido misteriosamente. A través de la tecnología de la nave deberemos reconstruir los hechos para descubrir el misterio.

Análisis de Tacoma: Espacio profundo

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Si ya jugaste a Gone Home (o a muchos otros walking simulator) sabrás cuál es la forma de proceder en los videojuegos de Fullbright para poder ir avanzando en la aventura. Debemos leer notas, documentos, garabatos, pintadas, correos electrónicos, mensajes cifrados y todo lo que nos vayamos encontrando. Con ello iremos juntando las piezas de un rompecabezas gigante que es la historia del juego, en este caso Tacoma.

Sin embargo, la nueva obra del estudio norteamericano (afincado en Portland, Estados Unidos) introduce un elemento de investigación de la historia completamente novedoso y muy atractivo. En la estación espacial en la que nos encontramos hay una inteligencia artificial que ha resultado dañada, pero gracias a lo que queda de ella podemos investigar los escenarios y las situaciones ya acontecidas de un modo muy peculiar.

Cuando nos acercamos a una zona en la que se produjo un hecho relevante para la historia que estamos tratando de desenmarañar se activa una especie de simulación en realidad aumentada. En la parte inferior de la interfaz aparece una barra de reproducción como si de un vídeo se tratase y podemos avanzarlo y rebobinarlo todo cuanto deseemos. Lo mejor de todo es que podemos movernos con libertad por todo el escenario para tratar de descubrir cada secreto que contenga esa grabación.

Análisis de Tacoma: Espacio profundo

En la barra de reproducción se nos marcan momentos concretos que tenemos que observar detenidamente para obtener la información necesaria para ir resolviendo el caso. Entre la tripulación había ocho miembros diferentes y en cada una de las grabaciones de realidad aumentada cada uno de ellos está en lugares distintos, teniendo conversaciones distintas, ejecutando acciones distintas o en grupos diferentes que nos permiten conocer la personalidad de cada miembro de la tripulación en particular.

Nuestra misión es observar con detenimiento qué hace y dice cada uno de ellos, pues de ello dependerá que podamos entrar en habitaciones cerradas, adivinar contraseñas o rellenar ese hueco argumental que todavía no tenía respuesta. Una forma verdaderamente ingeniosa de interactuar con el entorno que, como decíamos, además tiene la particularidad de permitirnos rebobinar y avanzar cuando queramos para que el juego vaya al ritmo que nosotros deseemos.

Mientras desenmarañamos el misterio, como ya avanzábamos anteriormente, Tacoma vuelve a hacer gala de esa característica que hacía único a Gone Home, que en ese caso nos instaba a descubrir las intimidades de nuestra hermana menor. En esta ocasión podemos hacer lo propio con los ocho tripulantes que forman parte de la estación espacial, pudiendo conocer sus más profundos secretos y sus sentimientos más escondidos.

Análisis de Tacoma: Espacio profundo

La principal diferencia entre Tacoma y Gone Home, no obstante, es que lo que en la opera prima de Fullbright Company se seguía con interés e incluso con vehemencia de descubrir nuevos detalles aquí resulta menos impactante e invita al usuario a desconectar. No solo por encontrarnos con documentos o mensajes soporíferos y sin interés alguno, sino porque cuesta hacerse a los personajes que componen la historia y cuando ya los vamos conociendo tal vez el título está llegando a su fin.

Visualmente Tacoma se encuentra a la altura de otros walking simulator, aunque lejos de referentes del género como podrían ser Everybody’s Gone to the Rapture o el reciente y magnífico What Remains of Edith Finch. Nuevamente, aunque no entraremos en detalles para no chafar la historia a nadie, Tacoma vuelve a no mostrar humanos reales, sino que la simulación de realidad aumentada nos muestra a los tripulantes como figuras humanoides pero con colores (para que podamos diferenciar fácilmente a cada uno de ellos). Nuevamente no se opta por el realismo en esta vertiente.

Sin embargo, el ambiente y la sensación de estar inmersos en una estación espacial aislada de todo lo demás sí está muy conseguido. La banda sonora, por su parte se encuentra muy poco presente, aunque el sonido es el que destaca verdaderamente en la vertiente auditiva. No obstante debemos reseñar un problema muy importante que, eso sí, tiene solución. Hablamos de los textos en castellano, que aparecen cortados, de forma tardía e impiden seguir la historia si no entiendes perfectamente inglés.

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La propia Fullbright Company ha hecho saber que, a falta de una solución en la que están trabajando, cambiar el idioma de la Xbox One a inglés y seleccionar que los subtítulos salgan en castellano hará que todo se solucione y podamos disfrutar de Tacoma como se merece: entendiendo cada recoveco de información que se nos ofrezca.

Joel Castillo

Análisis de Tacoma: Espacio profundo

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Jugabilidad: Tacoma funciona como cualquier otro walking simulator en el que lo más importante es leer documentos y recabar toda la información posible, pues actuamos como detectives espaciales. La mecánica de la simulación en realidad aumentada es el punto diferencial del juego y el que lo torna en algo muy especial, aunque a la larga la mecánica se va haciendo repetitiva y mucho menos sorprendente que al inicio.

Gráficos: El nuevo videojuego de Fullbright Company no es un portento gráfico ni un referente del género, pero sí cumple con el cometido de embarcarnos en una aventura espacial bien ambientada. A nivel de frames por segundo percibimos caídas constantes y una irregularidad muy preocupante, al menos en la versión de Xbox One.

Sonido: La banda sonora apenas existe en Tacoma, pero sí tiene otras virtudes en este sentido. Los efectos sonoros y el trabajo de actuación de los actores de doblaje son más que notables y uno de los grandes puntos a favor de la obra, de la que ya hemos comentado que tiene un problema con los subtítulos perfectamente subsanable.

Duración: Fullbright ha tomado nota de una de las mayores críticas que se le hizo a su Gone Home y ha ampliado la duración en este Tacoma, que dependiendo de tu insistencia a la hora de recabar toda la información puede llegar a durarte incluso cuatro horas, una duración ligeramente superior a la media del género.

Conclusión: Tacoma es un walking simulator narrativamente interesante (aunque no tanto como el predecesor del propio estudio americano) y jugablemente novedoso (aunque no lo suficiente como para revolucionar el género). Se trata de una aventura que transcurre despacio y a la que le cuesta arrancar. De hecho, es posible que cuando lo haga ya sea demasiado tarde. Si te gustó Gone Home es posible que Tacoma se quede a medias, mientras que si no te agradó la anterior obra del estudio esta tampoco lo hará.

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