Análisis de A Tale of Paper para PS4

Análisis de A Tale of Paper para PS4

Por fin ha llegado a PS4 A Tale of Paper, el videojuego con el que el estudio español Open House Games ganó el premio a mejor juego del año en la edición de los PlayStation Talents de 2018. Nosotros hemos podido disfrutar en profundidad de esta aventura y es por ello que hemos preparado nuestro particular análisis de A Tale of Paper para contaros qué nos ha parecido esta particular aventura con la que la desarrolladora afincada en Barcelona dejó con la boca abierta al jurado de los PlayStation Talents.

Un viaje hacia los desconocido

A Tale of Paper es uno de esos pequeños juegos independientes que pretenden ofrecer una experiencia emocional basada en acompañar a un entrañable personaje a lo largo de su propia odisea a través de un mundo que le viene grande en todos los sentidos. Y es que, en A Tale of Paper tomamos el control de un pequeño muñeco de papel llamado Line que cobra vida y decide marcharse de la casa en la que se encuentra con un objetivo que no revelaremos ya que se descubre al terminar la campaña principal.

En este sentido, hay que agradecer el atrevimiento de Open House Games al crear este tipo de juego ya que en él no hay ni una sola línea de diálogo y todo lo que su simpático protagonista nos hace sentir a lo largo de su viaje lo hace con sus interacciones con el entorno. Es curioso como se puede llegar a sentir lástima de tal manera por un ser que no habla ni muestra expresiones faciales cuando, por ejemplo, es absorbido por un aspirador Roomba. Algo que llama más la atención teniendo en cuenta el poco tiempo que lo controlamos.

Y es que, A Tale of Paper es un juego demasiado corto. Nosotros hemos conseguido superar la aventura, sin dejarnos coleccionables por el camino, en unas dos horas de juego. Una auténtica lástima porque estábamos disfrutando del título muchísimo por factores de los que hablaremos más tarde en nuestra review. A Tale of Paper es uno de esos juegos en los que vas avanzando sin ser muy consciente de por qué lo haces hasta que llegas al tramo final de la aventura y entonces atas hilos y las emociones te invaden. Todo sea dicho, hacia la mitad del viaje nos llevamos un gran susto al pensar que el juego había terminado dejándonos con un sabor bastante amargo, pero tras una pequeña escena de créditos, Open House Games nos ofrece más mundo que explorar.

Análisis de A Tale of Paper

Line no habla ni muestra expresiones faciales, pero nos hace sentir muchas cosas por él.

Entrañablemente divertido

Si bien es cierto que, como ya hemos dicho, A Tale of Paper es muy corto y poco rejugable (hay unas pajaritas de papel coleccionables escondidas por los escenarios que desbloquean artes que ayudan a comprender mejor la historia pero que se pueden encontrar sin muchas dificultades en la primera partida), también lo es que resulta muy divertido de jugar. Tanto el planteamiento como las mecánicas de este título resultan muy interesantes y es por ello que da tanta rabia que se termine tan rápido.

A Tale of Paper es un juego de plataformas y puzles que nos presenta detallados entornos 3D en los que tenemos que avanzar haciendo uso de mecánicas de desplazamiento horizontal, algo muy similar a lo que hemos visto en aventuras como Little Nightmare (a excepción del maravilloso nivel de huida de la araña, donde el desplazamiento es hacia la parte delantera de la cámara a lo Crash Bandicoot escapando de los dinosaurios). Para poder superar los diferentes desafíos que se nos plantea en cada pantalla, podemos hacer que Line cambie su apariencia para ganar diferentes habilidades. Así, podemos transformarnos en ranas para saltar más alto y más lejos, en avión de papel para planear, en pelota para deslizarnos a través de tuberías, en pájaro para suspendernos en el aire o en cohete para impulsarnos.

Aunque así contado pueda parecer que combinar tantas transformaciones pueda resultar lioso, lo cierto es que no lo es para nada. Open House Games ha diseñado un sistema de control muy simple en el que cada transformación está asignada a un botón diferente del DualShock, por lo que sólo tenemos que pulsarlo para ver a Line adquirir la forma de la figura de origami que corresponda. Combinando estas formas superamos los sencillos rompecabezas que se nos presentan en A Tale of Paper y así avanzamos en nuestro viaje. Sí, los rompecabezas de A Tale of Paper no suponen un gran desafío, pero resultan divertidos de superar por el simple hecho de tener que ir cambiando la forma de nuestro protagonista.

Análisis de A Tale of Paper

Cada figura de origami otorga a Line unos poderes distintos.

Bonito pero con fallos

Por otro lado, no hay duda de que gran parte del atractivo de A Tale of Paper reside en su apartado artístico. Todos los diseños del juego, desde el propio Line hasta el más mínimo detalle de los escenarios, cuentan con mucho mimo en su creación y eso es algo que se nota con creces. Nada está colocado ahí por accidente y todo lo que vemos en pantalla acaba teniendo su sentido al final del viaje. Del mismo modo, el apartado visual del título ayuda a que la experiencia sea satisfactoria ya que cada escenario es una combinación perfecta de luces y colores que nos traslada a la atmósfera que corresponda. Así, acompañamos a Line desde el desván de una vieja casa medio derruida hasta un lugar precioso, que no mencionaremos, pasando por tejados, alcantarillas y bosques llenos de detalles.

Por desgracia, no todo a nivel técnico acaba de funcionar en A Tale of Paper. Si bien es cierto que el título no sufre ralentizaciones en PS4 ni cuenta con bugs (o al menos nosotros no nos hemos topado con ninguno), el control no termina de ser del todo preciso por culpa de ese diseño de escenarios en 3D con scroll lateral del que ya hemos hablado antes. Es ese diseño el culpable de que muchos saltos no terminen como queremos y de que nos toque repetir alguna fase más de una vez, pudiendo irritar de lo simple que se ve de realizar y lo mucho que puede costar. Pese a ello, insistimos en que estamos ante un título muy sencillo y estos errores puntuales de diseño de escenarios no impedirán que nadie supere el juego con un poco de paciencia.

Por su parte, el apartado sonoro resulta simple pero agradable. Como ya hemos dicho, A Tale of Paper no cuenta con líneas de diálogo, pero sí está acompañado de una banda sonora muy relajante que se complementa a la perfección con lo que ocurre en pantalla. En definitiva, el título está pensado para que entre tanto por los ojos como por los oídos.

Análisis de A Tale of Paper

Los puzles son muy sencillos, por lo que todo tipo de jugador podrá superar esta aventura.

Un destino satisfactorio

En conclusión, A Tale of Paper ofrece una experiencia bastante satisfactoria gracias a sus mecánicas y a su apartado visual y sonoro, pero que se ve claramente perjudicada por su escasa duración. No nos entendáis mal, cuando ganó el premio al mejor juego del año en los PlayStation Talents fue con motivos, aunque las dos horas de juego aproximadas que tiene esta aventura no parecen terminar de compensar los 14,99 € que cuesta A Tale of Paper en PlayStation Store, lo que es una auténtica lástima porque la propuesta es realmente buena. Open House Games ha hecho un gran trabajo a la hora de brindar una experiencia emotiva y bonita, pero no estamos seguros de si el precio elegido para venderla es el adecuado. Eso sí, esta aventura supone un buen punto de inicio y si los miembros del estudio barcelonés siguen por este camino, seguro que hablaremos mucho de ellos en el futuro.

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