Análisis de DiRT 5 - Una firme transición a cuatro ruedas
La saga DiRT lleva varios años ofreciendo entregas de calidad para los amantes de la conducción arcade. A través de varios modos de conducción, la quinta entrega numerada de la saga se convierte en un título completo y de lo más divertido, pero que sigue pecando de falta de ritmo respecto a otras grandes licencias del género que prácticamente alcanzan la excelencia. No es su objetivo, todo sea dicho, pues la diversión y el entretenimiento están a la orden del día en DiRT 5. No obstante, al ser uno de los primeros juegos optimizados para la próxima generación, se espera mucho de él. ¿Cumplirá con las expectativas?
La velocidad no tiene límites
Durante los últimos días hemos tenido la enorme oportunidad de jugar a DiRT 5 en su versión mejorada para Xbox Series X y el título de Codemasters demuestra un enorme potencial de rendimiento que parece no tener límites. Aunque en nuestro caso no disponemos de un equipo que pueda alcanzar los 120fps, es una opción que está activa para todos aquellos que dispongan de una televisión o un monitor a 120Hz, siendo uno de los primeros títulos de la nueva máquina de Microsoft que hace uso de esta opción. No obstante, jugarlo a 4K/60fps también es una gozada que alcanza cotas insospechadas gracias a su fluidez y su enorme rendimiento en términos generales.
En términos jugables, además, DiRT 5 se muestra como un videojuego versátil y muy divertido, ofreciendo opciones para todo tipo de públicos y mezclando los grandes alicientes con los que han contado las diferentes entregas de la saga hasta el momento. De este modo, se puede disfrutar del más puro estilo arcade y también dispone de otras vertientes destinadas al desafío y a la conducción más exigente. Una tracción estupenda para un motor que no ruge con la suficiente energía.
Un asfalto para todo tipo de conductores
Si por algo destaca DiRT 5 es por contar con una amplia variedad de opciones a nivel jugable que no defraudan. Obviamente, su principal atractivo es el modo Trayectoria, a través del cual se puede disfrutar de diferentes pruebas con todo tipo de opciones y que puedes seleccionar como mejor te apetezca a través de las ramificaciones que se van desbloqueando. Todo ello con el objetivo de seguir abriendo nuevas rutas a través de la divisa del juego, con la que habrá que pagar el acceso. Para ello, hay que cumplir los retos de cada una de las pruebas y certificar que se cuenta con la cantidad suficiente, por lo que el juego premia más si ganas carreras que si quedas tercero, como es lógico.
Si cumples los diferentes objetivos de cada evento disponible, también se abrirá la opción de disputar los objetivos profesionales, a través de los cuáles puedes conseguir patrocinadores de marcas conocidas que te darán acceso a nuevos retos que te permiten obtener mayores beneficios. Con esta excelente remuneración, dependiendo de tus resultados, puedes tener acceso a una amplia gamas de coches de todo tipo, desde los clásicos rallies hasta los flamantes monoplazas deportivos de competición.
Y, además, también se incluye la opción de crear tus propios circuitos para disputar ciertas pruebas, algo que en el modo multijugador va a dar un motivo más que suficiente para enfrentarse a todas las creaciones de los usuarios que se lancen a por este modo denominado como Playground. Una apuesta de lo más completa que satisfará a todos los amantes de la conducción, tanto arcade como a los más exigentes de la simulación.
Una jugabilidad exquisita pero sin demasiado reto
Y es que jugar a DiRT 5 es realmente divertido y gratificante, ya que el manejo de los monoplazas está cuidado hasta el más mínimo detalle. En este sentido, Codemasters son unos auténticos genios en esta materia, por lo que era difícil encontrarse con otra cosa. No obstante, se percibe que hay una falta de optimización inentendible en un videojuego que llega al mercado y cuyos focos van a definir de algún modo el inicio de la generación. La IA de los rivales es bastante mejorable, por lo que no aporta un reto excesivo en los diferentes retos una vez dominas las técnicas de derrape y de conducción general.
Por otro lado, el sistema de colisiones deja algunas imágenes bastante pobres, ya que está muy mal calibrado. Si corres la mala suerte de impactar con otro de los participantes en la prueba, el coche se vuelven incontrolables y pierde totalmente la dirección, por lo que resulta bastante molesto en esos términos. Sin duda, un aspecto a mejorar en futuras actualizaciones, pues choca bastante con otros aspectos generales del manejo de los vehículos que están especialmente cuidados. No sabemos si forma parte de la intención de Codemasters para garantizar una conducción limpia, pero resulta bastante llamativo y empaña la experiencia.
Marcando el rastro de la nueva generación
Pero lo que realmente despierta interés de DiRT 5 es comprobar su rendimiento en Xbox Series X y saber si define de algún modo la calidad de la próxima generación. Desde el primero momento voy a afirmar que no es un título que pueda ser concluyente respecto a lo que se puede ver realmente del potencial que contiene la consola de Microsoft, pero sí que ofrece algunas pinceladas de las nuevas tecnologías y del enorme rendimiento que puede extraer de los juegos. De este modo, como va a ser habitual a partir de ahora, la propuesta cuenta con dos configuraciones diferentes: 4K/60fps para sacarle el mayor rendimiento al título de conducción y otra a 4K/30fps para ofrecer mejoras gráficas. La opción depende de ti, pero obviamente es mucho más disfrutable a los 60fps que le sacan el mayor partido a la jugabilidad.
Si optas por la opción de fidelidad, encontrarás tintes de nueva generación, pero sin demasiado alarde de la misma. Las texturas mejoran notablemente en el sistema más potente de la compañía de Redmond y, además, se potencial elementos como el clima dinámico (una absoluta maravilla en este título) y las condiciones climatológicas en general. Esto regala paisajes de lo más espectaculares y preciosos, con elementos del sistema de partículas muy cuidados: la nieve, el barro, el polvo, el hielo e incluso los charcos de lluvia que se original. Todo está especialmente bien diseñado y resultado un regalo para la vista. Aun así, queda en un lugar algo pobre en una comparativa más que evidente con Forza Horizon 4, uno de los juegos con mejor aspecto en la consola de próxima generación.
No obstante, donde sí que adolece DiRT 5 es en el rendimiento general. A pesar de que se ejecuta en el mejor sistema posible del momento, como es Xbox Series X, hay errores que empañan la experiencia por completo más allá de lo ya comentado sobre el sistema de colisiones y la IA del resto de participantes controlados por la CPU. De este modo, hay tearing y esa desincronización es absolutamente desastrosa para un juego de conducción, algo que se nota especialmente en el modo a 30fps.
Lo que sí salen bien parados son los tiempos de carga que si bien en Xbox One X superan los 40 segundos, aquí se quedan en poco más de 10, con lo que en ese sentido se hace ciertamente más disfrutable.
Conducción notable, aunque mejorable
Estos problemas no quieren decir que DiRT no sea un juego notable, ya que ofrece una amplia variedad de opciones jugables y la diversión está más que garantizada para todos aquellos que se lancen a afrontar la propuesta. No obstante, teniendo en cuenta que es Codemasters quien está al mando, sí que se le podría exigir algo más. No tengo ninguna duda de que estos errores se corregirán en futuras actualizaciones; de hecho, el rendimiento ya se mejoró mediante un parche lanzado en el período de análisis que ha supuesto un upgrade de lo más interesante. No obstante, se queda lejos de alcanzar la excelencia y de ofrecer una versión apta de nueva generación, tal y como se esperaba.