Análisis de Resident Evil 2 Remake - Raccoon City significa terror

Análisis de Resident Evil 2 Remake - Raccoon City significa terror

Los fans lo pedían a gritos, y finalmente Capcom dijo aquello de hágase la luz. En realidad no fueron unas palabras, sino una camiseta y una pantalla, lo que la compañía japonesa necesitó para confirmar que los jugadores volveríamos a la comisaría de policía de Raccoon City. Aquella eterna noche que todos vivimos en el 98 se reinventaría con Resident Evil 2 Remake.

Se ha hecho eterna, pero la espera ha valido la pena. Desde que Yoshiki Hirabayashi, uno de los padres de esta pútrida criatura, apareció con el “We Do It!” impreso en su camiseta, han pasado ya casi cuatro años. El goteo de información se ha disparado en el último año con la presentación formal del juego, desembocando en un torrente que nos ha llevado a través de una vorágine de emoción que se detiene en seco justo en ese momento en el que metes tu disco en la consola para comenzar a jugar.

Han habido muchos ajustes por el camino, mucho con lo que experimentar para traer de vuelta una de las vacas sagradas de la compañía y hacerlo, además, paseando por la cuerda floja que separa la fidelidad con la obra original de la tentadora innovación alimentada por la tecnología moderna. Es un complicado ejercicio de malabarismo que ya nos dejó con muy buen sabor de boca en nuestra primera toma de contacto con él, pero que ahora nos ha terminado de encandilar, a pesar de haber pasado varios días lanzando improperios a la pantalla, temiendo torcer cada esquina y dejando una lamparita encendida cada noche. Un cúmulo de situaciones que deja bien claro que el equipo lo ha conseguido y que Resident Evil 2 Remake es la muestra de que Capcom sigue dominando la fórmula que hizo a la saga brillar tantos años.

Introducción - Entre dos tiempos

Tras haber puesto punto y aparte y recuperado el lugar que debían con Resident Evil 7, en Capcom han apostado por mantener el tributo a su saga de terror estrella y, de paso, contentar a una legión de fans que llevaba tiempo desencantada con la franquicia. Si miramos con cierta retrospectiva, podemos ver que hay dos etapas muy marcadas en toda la historia de Resident Evil. Por una parte están los tres originales, con su particular cámara fija, su control tipo tanque y con un ritmo muy pesado, propio de un survival horror. Por otra parte están todos los posteriores, mucho más volcados en la acción, con alguna que otra entrega que hizo a muchos encender las hogueras y separarse por completo de la franquicia.

Resident Evil 2 Remake se podría ubicar en un punto intermedio entre ambas etapas. Es una nueva forma de contar la historia de la segunda entrega principal, la protagonizada por Leon S. Kennedy y Claire Redfield. Nos lleva de vuelta a la trilogía original y a su terror, a aquellos elementos que encumbraron a la franquicia cuando muchos todavía no habíamos tocado un stick analógico en nuestra vida y le teníamos auténtico pavor a los zombis; pero lo hace con una cámara al hombro y un apuntado libre, con una renovación que va más allá del cambio de motor y los ultrarrealistas (y ciertamente placenteros) desmembramientos de los enemigos.

El tiempo habrá pasado considerablemente, y las ideas, la tecnología y la puesta en escena lo habrán hecho también; pero Capcom se ha encargado de hacer un trabajo que se vale por partes iguales de nostalgia y del savoir faire que les otorga la experiencia. A la primera la usa para rescatar una entrega del pasado, no para volver a él; a lo segundo lo usa para dejar relucir sus nuevas ideas y demostrar que cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor.

Análisis - Prepárate para la peor noche de tu vida

Resident Evil 2 Remake

No hay mucho que contar cuando abordas Resident Evil 2 Remake a nivel de argumento. Hablamos de una IP que el que más y el que menos conoce, y una entrega que ha dejado momentos para la historia. Puede que parezca que está todo contado a la hora de abordar el guión de este argumento, pero lo cierto es que hay cambios desde el primer minuto que pillan tanto a familiares como no familiares desprevenidos.

Desde el momento en el que Leon S. Kennedy decide acudir a la ciudad hasta su encuentro con Claire transcurren solo unos minutos en pantalla. Los suficientes para dejarte claro que algo muy grave está pasando en Raccoon City, que las personas están siendo afectadas por una especie de virus y que todo está cada vez más repleto de zombis. Aunque todo esto esconde mucho más de lo que aparenta a simple vista, y que cualquiera recordará en mayor o menor medida, Capcom ha cambiado un poco las reglas para, como decíamos, no volver al pasado con este juego, sino traer el original al presente.

No vamos a hablar de los cambios que puede haber a nivel argumental, pero los hay. Desde la inclusión de algún que otro nuevo personaje hasta el retorno de muchos rostros que conocemos de aquellas noches de puro masoquismo a oscuras con el original de la primera PlayStation, todo alterna un poco de fidelidad hacia la historia ya escrita para ambos protagonistas, cada uno con una línea argumental separada a la vez que conectada, con los cambios para encajar más con el lore actual de la saga. Pero siempre con acierto y con el apoyo de una tecnología que nos permite ver a los personajes (rediseñados para la ocasión) mejor que nunca, a la vez que disfrutamos de un carisma que siempre ha estado ahí.

Resident Evil 2 Remake

Una tecnología con la que tenemos que detenernos un momento. Gracias al RE Engine, Resident Evil 2 Remake luce y funciona de escándalo incluso en un modelo estándar de PlayStation 4 (el usado para este análisis). La expresividad de los personajes, el cuidado por el detalle, las animaciones de los enemigos y esa facilidad para arrancarles un brazo, una pierna o partirlos en 2 que tantos comentarios ha desatado son algo que luce genial en directo, y que termina de quedar rematado por un diseño de escenarios capaz de generar una atmósfera asfixiante. Es soberbio a nivel técnico y de diseño.

Familiar, pero distinto

Resident Evil 2 Remake

Muchos habréis podido comprobar la extraña sensación que produce este juego en la primera toma de contacto con la demo que se lanzó hace poco, y ese es un sentimiento que se apodera de ti durante todas las horas que inviertes en esta aventura. Al principio piensas que es la memoria, que te traiciona por el paso de los años y te hace pensar que un arma o un objeto estaba en un lugar concreto, pero en realidad son las manos de Capcom las responsables de mover elementos para cambiarlo todo por completo y no valernos del recuerdo.

Por supuesto, lo que no cambia es el planteamiento principal del juego. Aunque decir esto a estas alturas puede sonar redundante y obvio, con el neófito en la franquicia en mente, debemos decir que Resident Evil 2 Remake es un survival horror en tercera persona repleto de puzles y con una idea muy clara: lo importante no es la acción, es la tensión. Ahora, volvemos al punto en el que estábamos.

Hablamos de que hay cierto aire familiar en todo este remake porque es una sensación que tienes en el mismo instante en el que llegar por primera vez a la comisaría de policía de Raccoon City. El bastión policial, que hace las veces de punto central que interconecta con el resto de localizaciones (chúpate esa, Dark Souls), conserva gran parte del aspecto que lucía hace dos décadas, aunque la disposición de determinadas salas y, sobre todo, el juego con las luces y sombras y el cambio en la escala, hacen que todo sea un trampantojo y que haya mucho lugar completamente distinto a como lo recordábamos.

Captura Resident Evil 2 Remake PC

Lo que sí es tanto o más duro que antes son los puzles que nos hacen volver a recorrer cada sala en busca de una pieza, una tarjeta o una llave. Repasar las notas, prestar atención a los apuntes de quienes estuvieron con vida en ese lugar antes que tú. Toda la información que recibes es útil para orientarte, para descubrir algún secreto que te ayude a respirar un poco de tranquilidad en un ambiente tenso hasta el infinito o simplemente para saber cómo abrir una caja fuerte. Con la profundidad ganada al abandonar los planos fijos, encontrar recovecos es más fácil, pero las opciones para esconder secretos y dar con ellos también son más variadas. La exploración ha ganado muchísimos puntos.

Una amenaza muerta

Resident Evil 2 Remake

Decimos que Resident Evil 2 Remake es un survival horror, pero todavía no hemos hablado de los grandes responsables de que tengamos que pelear por la supervivencia. Los zombis que recorren cada sala, pasillo, subterráneo o calle que pisas tanto si manejas a Leon como si manejas a Claire (recordamos que cada uno tiene una historia separada, pero influenciada por las decisiones tomadas con el otro), son los que llevan la voz cantante para hacer de este título una experiencia de terror como hacía tiempo que no vivíamos.

El Resident Evil 2 original te presionaba hasta decir basta y siempre jugaba con la intriga de no ver qué había más allá por su sistema de cámaras. La tensión y la intriga eran una constante a consecuencia de esto. Con este remake, Capcom ha abandonado este sistema corriendo un riesgo importante, ya que ha tenido que cambiar de herramientas para hacer sufrir al jugador y mantenerlo siempre alerta. No ha tenido problema en hacer este cambio, ya que el equipo contaba con el mejor recurso para dar misterio: la oscuridad.

Te lanzas a un pasillo en el que tu linterna es la única fuente de luz que hay, junto a lo poco que entra desde las ventanas de fuera. El oído se agudiza y tu ritmo se vuelve más lento, oyes gemidos, oyes pasos que vienen de otra sala y sabes que hay algo cerca, pero sigues andando casi a ciegas porque no sabes dónde está la amenaza. Hasta que, de repente, un muerto viviente se lanza sobre ti.

Resident Evil 2 Remake

Este tipo de situaciones son de lo más frecuente en determinados compases del juego, y no hacen más que ir in crescendo a medida que avanzas y llegas a diferentes tipos de instalaciones con diferentes tipos de criaturas. La dificultad aumenta también con este avance porque, si bien los zombis son bastante duros de roer y pueden llevarse una ronda entera de plomo en el cráneo sin caerse al suelo, no son las únicas criaturas que te esperan en esta oscura aventura.

La visceralidad y lo grotesco de estos seres mutados es algo que se potencia con el paso de las horas, y algo que te complica aún más las cosas al tenerte en un continuo vaivén entre la incomodidad por su terrible apariencia y el miedo a quedarte sin balas. Los enemigos son duros, las balas son pocas, los objetos para curarse no abundan precisamente y el arsenal solo se amplía y mejora si eres alguien avispado. Y sí, puede que tengas un cuchillo o alguna que otra granada que te ayuden a frenar un mordisco traicionero, pero tu inventario está muy limitado, estos objetos no son eternos y una buena oleada de enemigos puede hacer que seas pasto de no-muerto en segundos. Tu personaje no tiene reflejos felinos ni es un peligro andante, es una persona normal que hace lo posible por sobrevivir, y eso se nota muchísimo en su manejo: pesado, cadencioso, más natural.

¿Más o menos fácil que el original?

Resident Evil 2 Remake

La evolución en la dificultad que supone acabar con los enemigos es algo que se contrapone directamente a las facilidades incluidas en esta entrega. Sí, hay mucho amor por la obra original, hasta el punto de conservar easter eggs del juego de 1998 o incluso su banda sonora y efectos de sonido (a activar desde las opciones si lo deseas), pero también hay algunas facilidades que no estaban en aquel y sí en este.

Cosas como poder grabar sin tener que gestionar las cintas de tinta o tirar de opciones como la asistencia para apuntar son ese tipo de novedades que hacen la experiencia algo más ligera, aunque se puede ajustar para sufrir tanto o más que con el original. Pequeñas ayudas que para nada cambian la sensación de presión y de inquietud, de estar en una continua toma de decisiones.

Puede que Resident Evil 2 Remake abogue por incorporar algunas facilidades que el original no tenía, pero también suma novedades al conjunto que traen complicaciones inexistentes en el original. Los enemigos son mucho más persistentes que los de antaño, apuntar se ha complicado a pesar de la precisión ganada, y planificar mal una incursión a un lugar puede ser letal, incluso si ya lo habías visitado antes. Las criaturas pueden volver a levantarse si no te aseguraste de llenar el suelo con sus sesos, incluso pueden sumarse más si no bloqueas los accesos del exterior.

También, y como parte de las novedades, es posible visitar nuevos lugares y manejar a personajes que antes solo hacían acto de presencia como compañeros o ni siquiera aparecían. No obstante, su inclusión se antoja algo escasa en lo que a mecánicas respecta, haciendo de sus secciones algo monótonas a pesar de algunos momentos realmente tensos como el de Ada Wong y el Tyrant. Bien conseguida la sensación de angustia, mal planteada la mecánica.

Conclusión - Resident Evil 2 Remake es TERROR en mayúsculas

Resident Evil 2 Remake

Para abordar este tramo final del análisis de Resident Evil 2 Remake, me gustaría tomarme cierta licencia y hablar a título personal para detallar uno de los peores y a la vez mejores momentos vividos con este juego. Uno protagonizado además por una de las criaturas más icónicas de esta entrega: el Licker.

A diferencia de la entrega original, aquí no hay una secuencia cinematográfica que te presente a este mortífero enemigo. Todo se hace de una forma mucho más sutil y natural. Un pasillo en penumbra te deja entrever la silueta de esta criatura mientras cuelga del techo esperando a que algún incauto pase. Tras haber leído la nota de un policía asesinado, sabía que estos monstruos son ciegos, y que yendo con sumo cuidado podría pasar al otro lado de un pasillo que debía recorrer para avanzar.

Con cinco balas en la pistola y tras diez minutos sopesando qué hacer, me armé de valor y decidí avanzar hacia esa abominación. Como si cada paso de Leon fuera mío, pasé por debajo del Licker mientras este seguía en el techo sin inmutarse. Sin mirar atrás, seguí andando hasta que la esquina estaba a poco más de cinco pasos, pero en ese momento decidí girar la cámara para ver si todo iba bien. Error, el Licker había oído algo y estaba justo detrás, ya en el suelo y acercándose lenta pero peligrosamente.

Todavía no sé si fue el instinto de supervivencia o el simple pavor a caer presa de este monstruo, pero decidí dejar las sutilezas para echar a correr y tratar de abrir una puerta cerrada con cerrojo. Sería suerte o destino, pero logré cruzar el umbral y dejar a este monstruo en el pasillo, esquivando por milímetros uno de sus zarpazos. Solté el mando y decidí dejar de jugar durante unos minutos.

No tenía una sensación así con un juego desde que me enfrentaba, mucho más joven e inocente, al primer Resident Evil de toda la saga. Y creo que no hay mejor sensación que esta para un juego que se alimenta precisamente de la tensión, de la presión y del terror. Su atmósfera, la constante amenaza de unos seres que están al acecho en todo momento y son capaces de acabar contigo cuando menos te lo esperas, el respeto hacia el original y la valentía a la hora de innovar… Son muchas las cosas que hacen grande a Resident Evil 2 Remake, pero, si nos tuviéramos que quedar con una, sería sin duda con su capacidad para engullirte y hacerte sentir indefenso en Raccoon City. Capcom ha conseguido que el terror vuelva a adueñarse de nosotros.

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