Análisis de The Division 2: Warlords of New York - Hogar, dulce hogar

Análisis de The Division 2: Warlords of New York - Hogar, dulce hogar

The Division 2: Warlords of New York es la nueva expansión de The Division 2 que avanza la trama presentada en la primera entrega y trae de vuelta a uno de los antagonistas de la saga, para enfrentarnos por fin cara a cara con él. En esta expansión que forma parte del Pase de Año 1 del juego volveremos a Nueva York, el lugar donde se lleva a cabo el primer título y que -personalmente- tiene mucha más personalidad que Washington DC, la ciudad de The Division 2.

Armados hasta los dientes y con sed de venganza nos dirigimos de nuevo a Nueva York, esta vez para librarnos por fin de uno de los mayores traidores de The Division. Acompañadnos en nuestro análisis de The Division 2: Warlords of Nueva York y jurad venganza.

La última esperanza de la humanidad

The Division fue uno de los títulos más esperados en su momento, no solamente por su espectacular presentación, que hizo que todos viésemos con otros ojos a la nueva generación, sino por la propuesta: un virus mortal que se expande a través del dinero, creado en un laboratorio y que se puso en circulación durante el Black Friday, el día en que los habitantes de Estados Unidos más dinero gastan. Este virus dejaba fuera de combate en cuestión de días a la sociedad, que se veía sumida en el caos.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

En el caos de los millones de muertes, la caída de los gobiernos y ninguna fuerza del orden capaz de proteger al pueblo, unas células durmientes se activaban. Estos soldados, conocidos como The Division, eran un último recurso, algo a lo que agarrarse cuando todo se desmoronaba. Y ahí entrábamos nosotros en juego.

Como un agente de The Division debíamos devolver el orden a Nueva York, el epicentro del virus. Durante el transcurso del juego veíamos como los hechos se contaban a través del escenario. Las calles abarrotadas de basura, las zonas en cuarentena, los echos que nos mostraban lo que sucedió con diferentes personas… La investigación nos llevaba a un hombre, Aaron Keener.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

Keener no era el responsable del virus, ya que ese papel se lo agenció un científico, pero sí tenía la culpa de haber traicionado a The Division y organizar un grupo armado contra ellos. Como miembro de The Division en las primeras oleadas, Keener tuvo que luchar contra aquellos que querían sembrar el caos, pero, en un giro de los acontecimientos Keener traicionó a la organización, siendo el cabeza de los agentes renegados. Tras no volver a tener pistas sobre él, The Division lo vuelve a localizar meses después, y esta vez nos toca por fin enfrentarnos a él.

Los Renegados

The Division 2: Warlords of New York comenzará cuando nosotros creamos oportuno durante el juego principal. Si hemos jugado el título de Ubisoft Massive desde que se lanzó y participado en sus eventos endgame no tendremos demasiado problema en entrar tal cual el punto de acceso al DLC nos aparezca en el mapa. En los demás casos la cosa es diferente, aunque Ubisoft se ha asegurado que cualquier jugador pueda disfrutar de este DLC.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

Tanto la historia (que en The Division 2 tiene pocos lazos con la primera entrega) como la progresión del personaje se pueden “omitir” para llevar a nuestro personaje hasta el nivel 30 de forma artificial y así ir directamente al DLC. Obviamente antes de estos aumentos se nos avisa de que sería mejor completar la campaña y levear el personaje de forma natural, pero si nos interesa mucho el DLC no es que haya una gran repercusión.

Una vez aterrizados en la zona baja de Manhattan veremos como Nueva York ha vuelto sucumbir al caos, esta vez impulsado por un huracán que se llevó por delante buena parte de la ciudad y sus Zonas Oscuras. Como consecuencia volvemos a tener a miembros de The Division y otras fuerzas del orden sin un control claro, con personajes conocidos como Faye Lau que regresan junto a otros miembros importantes en la primera entrega.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

Nuestra tarea es dar con Keener y sus secuaces, 4 ángeles de la guardia que también renegaron de The Division y que se reparten la zona baja de Manhattan. La manera de progresar en el juego utiliza una de las mecánicas que Ubisoft ha explotado en entregas como Far Cry o los recientes Ghost Recon. Primero debemos realizar una misión inicial en su zona que resulta relativamente fácil, luego exploramos y llegamos a una especie de cuartel o casa segura, donde nos dan indicaciones sobre como encontrar al jefe de la zona.

Una vez localizamos al jefe de la zona nos enfrentaremos a unas misiones largas y elaboradas, incluso con puzles de por medio. De hecho y aunque más tarde profundizaré en ello, The Division 2: Warlords of New York coge lo mejor de cada juego y de The Division 2 toma prestado el excelente desarrollo de sus mejores misiones principales, pero potenciándolo y añadiendo un mayor componente narrativo, diversidad de enemigos y multitud de opciones para hacer frente.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

Tras avanzar por el entorno hostil a base de pegar tiros (ya sea en solitario o con nuestro escuadrón de amigos o desconocidos mediante matchmaking) llegaremos a la guinda del pastel. Cada misión de jefe acaba con una batalla despiadada y de lo más original. Si algo se le achacaba a The Division (sobre todo a su primera entrega) era lo plano de sus misiones y sus jefes. En este DLC al tener 5 roles tan marcados, en Massive se han permitido dotar a cada uno de habilidades, características y enfrentamientos propios.

Bien podemos toparnos con un enemigo protegido por escudos y otros 3 secuaces, por lo que tendremos que acabar con los minions antes que centrarnos en él, todo eso mientras vemos que nuestras armas no son lo suficientemente efectivas y tenemos que utilizar unas torretas repartidas por el escenario que se irán activando y desactivando en el tiempo. También nos enfrentaremos a un jefe que utiliza hologramas para despistarnos y así hasta completar los 5 jefes (Keener incluido) con los que nos toparemos.

La gran manzana

En The Division 2 Warlords of New York nos volvemos a sentir en casa. Washington nunca consiguió tener el encanto que tuvo Nueva York. Sus calles estrechas, los rascacielos, los pequeños detalles que sirven para impulsar una narrativa visual centrada únicamente en contar historias a través de lo que vemos en las calles, eso es algo que Washington nunca llegó a conseguir. En The Division 2 el mapa era más grande y variado, quizás más ambicioso, pero en un juego como este el diseño de los escenarios es muy importante y en este DLC vemos como, efectivamente Nueva York sigue siendo el lugar apropiado para ello.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

Esta vez no volvemos a la misma zona que en The Division, sino una parte más abajo, justo en los puertos y la zona financiera de Manhattan. Un mapa tremendamente grande para tratarse de un DLC, que cuenta con una recreación 1:1 de las calles de la famosa gran manzana, así que poco podemos achacar.

Mención a parte los detalles tan importantes como ver que pese a visitar la ciudad varios meses después de la aparición del brote nos seguimos encontrando con adornos de navidad, en los centros comerciales se siguen reproduciendo villancicos… Todo acompañado por un sol de justicia. El compromiso con la narrativa visual de Massive es admirable y si nos fijamos en cada calle del escenario de este The Division 2 Warlords of New York veremos como la desolación se puede contar de muchas formas.

The Division 2.5

En cuanto a gameplay se refiere, este DLC recoge lo mejor que nos dio The Division 2, que es su gameplay refinado y las habilidades, aunque se ha retocado la manera de subir nivel y progresar, así como mejorar nuestro equipo. También ha vuelto una de las habilidades más queridas por los fans en la primera entrega, el lanzagranadas, que nos permite pegar diferentes tipos de granadas a los enemigos.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

En general, The Division 2: Warlords of New York nos ofrece una experiencia The Division 2.5 que nos deja muy buen sabor de boca de cara a una tercera entrega, ya que se ha conseguido mezclar las cosas que funcionaban en ambos juegos y se ha potenciado la personalidad de los jefes, sus enfrentamientos y el diseño de las misiones. Además, la narrativa vuelve a tomar un importante peso, con cinemáticas, papeles de personajes más definidios y la sensación de no estar simplemente ante un shooter looter cuyo objetivo es conseguir piezas de equipo amarillas, sino que tenemos una misión, una historia que completar.

A parte de las misiones principales tenemos las secundarias típicas de The Division 2, como los puntos de control, los eventos aleatorios, coleccionables y un largo etcétera. Realizar las tareas principales puede llevarnos unas 6 horas, pero completarlo en profundidad seguramente triplicaría la experiencia.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

En lo gráfico, una vez más Massive se supera, con un Snowdrop Engine que luce de maravilla en Xbox One X, plataforma donde hemos jugado y que ofrece una resolución de 4K con 30 fps estables de media. Los efectos de luz, pero sobre todo los volumétricos como el humo, el vapor o la niebla hacen que nos sintamos de verdad en las calles de Nueva York. Quizás el mayor apartado pendiente de este motor son los personajes y sus rostros, algo que todavía no acaba de cuajar.

En lo sonoro nos topamos con un doblaje al castellano al nivel de lo que Ubisoft nos tiene acostumbrados, así como una banda sonora que vuelve a contar con verdaderos temazos que acompañan la acción de maravilla.

De vuelta a casa

The Division 2: Warlords of New York es una apuesta de futuro, pero también un homenaje al pasado. Volver a Nueva York para cerrar heridas y avanzar en una de las tramas más prometedoras de la primera entrega es todo un acierto y más si se mezcla en esta combinación lo mejor de cada entrega lanzada.

Análisis de The Division 2: Warlords of New York

Nos encontramos ante las misiones mejor planeadas de la saga, con verdaderos momentazos y unos jefes que recordaremos gracias a sus batallas únicas, espectaculares y difíciles. Nueva York sigue siendo el punto de partida de The Division y por eso volver tiene cierto significado especial, poder verla recreada en otra época que no sea invierno y ver como la desolación sigue estando presente te rompe el corazón, por eso, esta vez más que nunca, cuando la sociedad cae, The Division debe estar ahí para socorrerla.

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