Análisis de Observation – Donde nadie puede oírnos

Análisis de Observation – Donde nadie puede oírnos

El videojuego es uno de los medios que más diversidad ofrece tanto al usuario, como a los creativos que destinan todos sus esfuerzos a trascender gracias a su obra. Con mayor o menor acierto, hay estudios dispuestos a insistir una y otra vez en su idea más íntima, incluso a costa de seguir las reglas que el grueso del público emplea para determinar qué es un videojuego. A veces no es cuestión de recursos, sino de imaginación y talento. No Code es uno de esos estudios cuya única intención es no dejar indiferente a nadie. Los escoceses lo demostraron en 2017 gracias al excéntrico Stories Untold y ahora vuelven a la carga con la intención de reivindicarse.

Imagen promocional de Observation

Observation: imagen capturada por la redacción de Alfa Beta Juega

El ojo que todo lo ve

La principal seña de identidad de Observation es que no nos pone en la piel de sus personajes, sino en los circuitos de Sam, el sistema operativo de la estación espacial que da nombre a la obra de No Code. Una inteligencia artificial a la que Enma Fisher, la única persona que veremos durante los primeros compases, se encarga de reactivar después de un suceso desconocido. El hecho de no controlar a Fisher no evita que podamos percibir su estado de pánico debido a la confusión y la incertidumbre que la mantiene atenazada. Y es que la soledad es uno de los mayores temores del ser humano, especialmente si no existe posibilidad alguna de que sus mensajes lleguen a alguien. Ni siquiera a Houston. Una muestra más de que el terror no siempre se manifiesta en forma de oscuridad, alaridos o criaturas difíciles de describir. En los pasillos de la Observation, el miedo adopta la forma del silencio.

No sabemos qué ha sucedido, más allá de que se ha producido un impacto y, por consiguiente, algo no va bien en la estación. Los sistemas no funcionan a pleno rendimiento, el paradero de la tripulación es una incógnita y las comunicaciones han quedado inservibles. Sam y Fisher, el siempre inquietante binomio formado por el ser humano y la máquina. Aunque nosotros encarnamos a una entidad artificial, nuestra naturaleza más allá de la pantalla nos lleva a sentir la imperiosa necesidad de ayudar a Fisher. Al fin y al cabo, para eso hemos sido concebidos. ¿Cómo lo hacemos? A través de las cámaras de vigilancia, que se reparten a lo largo y ancho de la estación y nos permiten visualizar todos sus rincones.

Observation: imagen capturada por la redacción de Alfa Beta Juega

El punto de vista

Cada módulo de la estación cuenta con varias cámaras de vigilancia y eso nos permite visualizar prácticamente la totalidad de la misma. Podemos alternar libremente entre una cámara y otra con solo pulsar un botón e incluso viajar de manera inmediata a otra ubicación desplegando el mapa holográfico de la Observation. Además, contamos con la ayuda de una esfera de observación; una especie de bot explorador que nos permite desplazarnos físicamente por el escenario y que se convierte en un elemento fundamental si deseamos alcanzar los confines de cada emplazamiento. Tanto en modo cámara como en modo esfera, contamos con la posibilidad de interactuar con los diferentes elementos que nos encontramos durante el viaje, ya sean dispositivos electrónicos, ordenadores en cuyo interior se ocultan datos que hacen las veces de coleccionables o, simplemente, abrir o cerrar una puerta.

Observation es un título lento tanto a nivel narrativo, como jugable. No esperéis una experiencia fluida a la hora de explorar la estación espacial, ya que todo lo que hacemos está sujeto al progreso de la historia y la manera en la que los personajes que nos acompañan se comportan ante la misma. Su secreto reside en la capacidad para envolver al jugador en un guion repleto de buenos momentos, que se apoya de manera permanente en la sobrecogedora atmósfera recreada por el estudio.

Observation: imagen capturada por la redacción de Alfa Beta Juega

Luces y sombras

Como ya sabéis, el título que tenemos entre manos nos ofrece una propuesta muy original; una nueva forma de entender las aventuras de point & click. Sin embargo, hay ciertas decisiones de diseño que en no pocas ocasiones nos condenan a experimentar situaciones un tanto engorrosas. La mayoría de movimientos que nos toca realizar están basados en pequeños rompecabezas que se suceden durante prácticamente todo el juego: secuencias de botones, acciones contextuales y algún que otro acertijo sencillo. El problema es que, más que un desafío, una vez comienzan a repetirse se convierten en tedio. Además, estas situaciones no están pensadas para que fallemos y al final acaban dando lugar a un problema de ritmo, ya que el juego está pensado para disfrutar de la historia sin mayores complicaciones. Durante los primeros compases, la tensión puede contarse con un cuchillo en cuanto vemos a Fisher en peligro y de nuestra rapidez depende su progreso. El problema es que, conforme avanzamos, nos damos cuenta de que no es más que una efectiva puesta en escena que en ningún momento plantea un desafío.

A pesar de este inconveniente, hay que decir que Observation también hace cosas muy bien. La ambientación es fantástica y la apuesta por la ciencia ficción realista —en principio— resulta muy atractiva. Del jugador depende la decisión de intentar procesar la información como la máquina que es o apostar por meterse en la piel de los tripulantes y empatizar con su delicada situación. En cualquiera de los casos, resulta prácticamente imposible no caer presa del pánico al pensar que estamos ahí arriba. Solos. Donde nadie puede oírnos y donde no sabemos qué va a ser de nosotros... ni de ellos. Porque a veces es mejor insinuar que mostrar.

Observation: imagen capturada por la redacción de Alfa Beta Juega

No Code en estado puro

En definitiva, no estamos ante título recomendable para todo el mundo. Su apuesta es arriesgada y se sitúa en la línea del anterior proyecto de No Code. Y es que, al igual que sucedió con los aficionados al terror que se interesaron por Stories Untold, Observation cuenta con argumentos más que suficientes para seducir a cualquier amante de la ciencia ficción. Una aventura que intenta redefinir una fórmula tan clásica como el point & click, que presume de poder ofrecernos una gran historia en la que en todo momento nos sentimos protagonistas. Huelga decir que el juego no es perfecto y no podemos evitar la sensación de que algunas decisiones más acertadas habrían elevado las cotas de calidad del conjunto, pero, asimismo, nos brinda una experiencia muy enriquecedora, capaz de evocar los mejores recuerdos que muchos conservamos de 2001: Una Odisea en el Espacio, la mítica cinta de Stanley Kubrick.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!