Servicio mortal de habitaciones

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Tras el Episodio Extra, el Agente 47 regresa con el antepenúltimo capítulo de Hitman trasladando la acción a un nuevo destino turístico. Un espectacular complejo hotelero en Bangkok, Tailandia, será el escenario en el que nos aguarden nuestras dos próximas víctimas, ajenas a la llegada del asesino a sueldo más popular de los videojuegos.

Servicio mortal de habitaciones

Square Enix nos invita a un precioso complejo hotelero ideal para visitar en la recta final del verano. Esta nuevo capítulo llega justo después del Episodio Extra, que posibilitó la vuelta del Agente 47 a Sapienza y Marrakech a finales del mes de julio. Se trata de la cuarta parada del asesino a sueldo, al que tan solo le faltará transitar Estados Unidos y Japón, que supondrá el cierre de esta entretenida aventura episódica desarrollada por IO Interactive,

Los usuarios de PlayStation 4, Xbox One y PC ya pueden acceder al Episodio 4, que nos llevará a la capital de Taildandia, Bangkok, para afrontar un nuevo y peligroso encargo en un entorno vacacional. La misión, que por la distribución de su escenario nos recuerda a la de París, seguirá ofreciendo las mismas posibilidades que sus predecesoras e incluso añadirá alguna pequeña novedad que solo los habituales del título sabrán reconocer y apreciar. ¿Estás listo para adentrarte en el Club 27?

Servicio mortal de habitaciones

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Como ya hemos adelantado, el Agente 47 deberá viajar al complejo turístico de lujo Himmapan, ubicado en Bangkok, donde dos nuevos objetivos aguardan su fatídico destino sin saberlo. El primero de ellos es Jordan Cross, la estrella de un grupo de rock indie, The Class, que se encuentra grabando su segundo disco junto al resto de miembros de su banda. Junto a él se encuentra Ken Morgan, abogado de la adinerada familia Cross.

El encargo parece haber sido ordenado por los padres de la ex novia de Jordan, que murió al caer de una terraza cuando se encontraba con el joven. Aunque el abogado de los Cross se encargó de que la versión oficial no inculpara al rockero, existían evidencias de que pudo haberse tratado de un asesinato. Los desconsolados padres de la joven tan solo buscan la venganza que la Justicia no quiso conceder, también contra el jurista, el principal culpable de la absolución.

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Tras el Episodio Extra, en el que el Agente 47 revisitaba antiguos destinos, volvemos a viajar a una nueva localización que se presenta en un escenario muy compacto, lo que inevitablemente resta dinamismo a la misión. Lo mismo ocurría en el encargo de París, que también se desarrollaba en un único edificio y sus aledaños. No obstante, al omitir cualquier escenario exterior más allá de la entrada al complejo, todo el mapeado es ocupado por el hotel, que goza de un tamaño descomunal.

Nos esperan, por tanto, un sinfín de habitaciones que explorar a lo largo de diferentes niveles de altura. Hasta tres plantas, distribuidas en las dos alas del edificio, a la que se suma una gigantesca planta baja que incluye cocina, despensa o salas para el personal, y el habitual sótano, que ocupa el mismo espacio que el resto y esconde otras muchas zonas que explorar. Además, al tratarse de un hotel, también podremos escudriñar no solo las habitaciones del resto de clientes, sino la nuestra.

Esta es una de las principales novedades del Episodio 4, que permitirá que el Agente 47 interactúe con ciertos trabajadores del complejo, como la directora, el recepcionista o algunos de los botones. De hecho, y aunque se trata de conversaciones automáticas de apenas dos líneas de guion, nada más acceder al hall podremos registrarnos en el mostrador y, acto seguido, ordenar a un empleado que nos acompañe hasta nuestro habitáculo. Como habrás podido comprobar si has jugado a los capítulos anteriores, se trata de una simple aunque agradecida mecánica que convierte la experiencia de juego en algo un poco más cercano a la realidad.

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Afortunadamente, esta nueva entrega vuelve a incrementar la dificultad de un título que se resintió con el episodio veraniego, que ofreció un nivel excesivamente bajo para aquellos que habían disfrutado del reto que suponían los anteriores capítulos. Aunque uno de los objetivos, del que no revelaremos la identidad, es claramente más sencillo que el otro, la dificultad se equilibra con el acceso a los distintos departamentos del hotel. La ganzúa no es demasiado recomendable para una misión en la que la mayoría de puertas tan solo se abrirán con la tarjeta de identificación adecuada, como en cualquier complejo de este tipo.

Si a eso le sumamos el reto que supone dejar inconsciente a alguien bajo la atenta mirada de las cámaras de vigilancia, los empleados y los miembros de seguridad, internos y privados, que pululan por el recinto, conseguir el disfraz adecuado se antoja cuanto menos complicado. No dispondremos de azoteas ni callejuelas en las que esperar a la solitaria víctima, por lo que la planificación de cada paso será vital para alcanzar el éxito de cada pequeña tarea.

Por supuesto, la mencionada técnica del disfraz volverá a ser clave en el episodio de Bangkok, en el que no faltarán las habituales oportunidades, que podrán ponernos en la piel de un repostero especializado en tartas de cumpleaños o en la del batería sustituto de una banda de rock. Esta opción seguirá siendo la mejor manera de acercarnos a los objetivos de forma generalmente discreta, evitando tener que revelar nuestra identidad y disparar cual pistolero del oeste. Además, los desarrolladores siguen incorporando acciones que podremos llevar a cabo durante nuestro camuflaje, sobre todo en lo relativo a los empleados.

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Podremos barrer, limpiar la barra o permanecer quietos con las manos educadamente a la espalda para dar la bienvenida a un huésped. Como cliente, también podremos acercamos al bar a espiar una conversación mientras disimulamos con una copa de vino en la mano, evitando con ello algunas miradas curiosas que podrían ponernos en algún que otro aprieto. En cualquier caos, si la técnica no funcionase y nos viéramos rodeados, podríamos acercarnos a la venta más cercana y deslizarnos por la tubería más próxima. Este uso del desplazamiento vertical es sin duda un buen salvoconducto que siempre deberíamos tener en mente.

La exploración, como siempre, seguirá jugando un papel importante. El Agente 47 podrá encontrarse con armas de todo tipo, venenos para ratas o incluso refrescos, que podrá lanzar para distraer al intruso de turno. Las posibilidades son casi infinitas, por lo que el capítulo vuelve a prestarse al rejugado cuantas veces se quiera. Los 75 desafíos disponibles, que desbloquearán nuevo equipo, armas y objetos, quizás nos convenzan a la hora de volver a visitar un lugar que, con la estrategia adecuada, podrá ofrecer una trama completamente diferente aunque con el mismo final.

Un final que desbloqueará una nueva secuencia de historia que seguirá ampliando la información que se nos va desgranando desde el primer episodio. Aunque no vamos a revelar nada, tan solo señalaremos que cada vez vamos conociendo más detalles del trasfondo de las misiones, que parecen tener un nexo común que podrás descubrir tras completar el encargo de Tailandia. En cualquier caso, el misterio debería resolverse por completo tras las dos próximas misiones.

Para finalizar, y pese a que Hitman no es un título que haga gala de un notable apartado gráfico, cabe reconocer que los desarrolladores se esmeran, cada vez más, por suplir las carencias con un diseño atractivo, colorido y con un uso muy inteligente de la luz. Los espectaculares escenarios exteriores son, desde luego, buena prueba de ello.

Javier Castillo

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JUGABILIDAD: En términos de jugabilidad, seguimos estando ante un manejo algo tosco pero en general satisfactorio. Aunque la movilidad del personaje principal y sobre todo de los NPCs no es la ideal en algunos momentos, la valoración global es positiva. Tal vez cabría modificar, en futuras entregas, las habituales rutas de estos secundarios, que en ocasiones parecen moverse por raíles.

GRÁFICOS: Pese a ofrecer un nivel gráfico lejos de los estándares de calidad de la actual generación de consolas, el apartado visual luce atractivo gracias a unos diseños tanto exteriores como interiores coloridos y en los que la iluminación juega un papel fundamental. Algunas animaciones, como la que se activa al pisar el hall por primera vez y que nos muestra a unas mariposas dándonos la bienvenida, deberían ser más frecuentes.

SONIDO: Comparativamente con el Episodio 3, desarrollado en Marrakech, el trabajo de sonido no se antoja tan complejo. Mientras la ciudad marroquí se ambientaba con el sonido de los mercados, las mezquitas y el gentío, el presenta capítulo tan solo debe sonorizar el interior de un complejo hotelero que, en su mayor parte, se encuentra a cubierto. No obstante, cabe alabar el esfuerzo por haber incluido algunas líneas de guion adicionales, también en inglés subtituladas en castellano, en algunas conversaciones opcionales con los miembros del personal.

DURACIÓN: Como las anteriores entregas, obviando el Episodio Extra, la misión se presta al rejugado cuantas veces se quiera. Las opciones con las que afrontar los encargos son tan amplias que podríamos estar repitiéndolos constantemente mientras encontramos divertidas alternativas con las que lograr el mismo objetivo. En cualquier caso, el Episodio 4 puede completarse en menos de dos horas, incluso menos si se trata de un jugador experimentado en Hitman.

CONCLUSIÓN: El Agente 47 vuelve a encontrarse un reto a la altura con un nuevo capítulo que vuelve a incrementar la dificultad respecto a su antecesor, el Episodio Extra. Pese a ambientarse en un único edificio, las posibilidades siguen siendo innumerables, lo que permite la posibilidad de volver a jugarse para disfrutar de las diferentes formas de afrontar cada uno de los encargos. La historia, además, sigue progresando a través de la secuencia final, que cada vez va ofreciendo más detalles de una trama que va cobrando forma e interés. El servicio mortal de habitaciones ya ha hecho su trabajo. Próxima parada, Estados Unidos.

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