Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Si hay una temática que se ha masticado hasta la saciedad dentro de los videojuegos ha sido la guerra. Vista desde la perspectiva que pueden ofrecer géneros tan dispares en mecánicas como pueden ser el Shooter, la aventura, la lógica o, por supuesto, la estrategia; los jugadores nos hemos acostumbrado e incluso insensibilizado a la hora de ver conflictos bélicos en pantalla.

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Avanzamos, pulsamos los botones que haga falta y volamos las cabezas necesarias para hacernos con nuestro objetivo; pero nunca, salvo honrosas excepciones, nos topamos con juegos que sepan hacer algo más que aprovechar este contexto para lanzar sus mecánicas. Muy pocas obras se esfuerzan por ofrecer una historia que demuestre el impacto de una guerra en un grupo de amigos o camaradas, o no al menos de forma que realmente sea importante.

Pero ahí llega SEGA para dejar a Valkyria Chronicles 4 sobre la mesa. Tras un título de estrategia por turnos con fuertes tintes de rol, esconde una historia de un escuadrón que sufre en sus carnes las secuelas que deja una guerra. Hay mucho que explorar más allá de los headshots y de las alineaciones de batalla y, por extraño que parezca, este título que tiene un estilo sacado de cualquier anime ha conseguido transmitirnos algo que pocos han conseguido; además de dejarnos claro que sus responsables saben cuál es el camino a seguir para traer a la saga por el camino que le corresponde.

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Mucho más serio que el que se pudiera ver en cualquiera de sus entregas anteriores, aunque sin librarse de los cansinos estereotipos del anime japonés, el argumento de Valkyria Chronicles 4 nos mete de lleno en una misión por cambiar el transcurso de una guerra. En una Europa ficticia (Europia), nuestro escuadrón, la división E, debe colarse tras las filas enemigas para dar un golpe de efecto en el cuartel del Imperio.

La típica misión de colarse, entrar, destrozar y salir resulta ser toda una amalgama de episodios que sirven para conocer a toda esta legión de soldados que parte con el fin de parar los pies a una coalición de países dispuestos a arrasar con todos. Como representantes y última esperanza de la Federación para acabar con este conflicto que tiene en una poderosa fuente de energía su principal detonante (la Ragnita), debemos cumplir con el cometido que se nos propone.

Pero como decíamos, esto es la guerra, y aquí es donde entra lo realmente interesante porque, por mucho que encarnemos a un escuadrón como hemos hecho infinidad de veces en otros juegos, en Valkyria Chronicles 4 se ha hecho un esfuerzo considerable por hacernos ver que esos guerreros no son peones, sino personas. La inmensa mayoría de nombres que vemos cada vez que vamos al campo de batalla son personajes que cuentan con su historia, su trasfondo e incluso sus interacciones. Las superficialidades se quedan fuera a nivel argumental, salvo por los toques de fantasía que no faltan a su cita; todo tiene una explicación y una conexión.

Solo tenemos que ver al protagonista, Claude Wallace. Tímido pero decidido, que se encarga de dirigir a la División E en su misión, acompañado de otras figuras también arquetipadas como el descarado Raz o la silenciosa Kai. Puede que en apariencia sean el claro prototipo de personajes Shonen; pero ay, amigo, si te quedas con esa idea necesitas conocerlos bien y jugar, porque las sorpresas no van a faltar.

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Pasados en común e historias que se van desvelando a medida que avanzas en tu misión son las puntadas con las que se va tejiendo la historia. El hilo argumental se desarrolla a base de secuencias cinematográficas, en su mayoría narradas desde la perspectiva de Claude, cuyo diario es el que leemos y vemos durante todo el juego, y el que relata los sucesos que nos ocupan.

Hay muchos, muchísimos diálogos por ver en unas secuencias generalmente bastante estáticas; aunque con hueco para otras algo más dinámicas e interesantes. Este ritmo puede hacerse bastante pesado para los que quieren entrar a combatir en su siguiente misión; pero es una decisión hecha totalmente adrede porque SEGA quiere que conozcamos bien a todas esas figuras que vamos a mandar a combatir. No vamos a desvelar nada sobre el argumento, pero vale la pena escuchar cada conversación, incluso las más superficiales o inocuas.

Y del combate vamos a hablar ahora, porque si algo caracteriza a la saga Valkyria Chronicles es su sistema híbrido, BLiTZ, esa mezcla entre estrategia por turnos, rol y acciones en tiempo real que te obliga a prestar suma atención a cada movimiento si no quieres ver perecer a los tuyos. En esta entrega, la cuarta principal, debemos destacar también la vuelta a las raíces. El equipo de desarrollo se ha dejado de experimentos y, en lugar de probar nuevas fórmulas, ha optado por recuperar lo esencial y añadir algunos aspectos más en forma de nuevas unidades. Han apostado por jugar sobre seguro con algo que funcionaba, ampliándolo y haciéndolo más dinámico y accesible con el único fin de atraer a los nuevos.

La accesibilidad, de hecho, es algo que debemos señalar, subrayar, redondear y remarcar de mil formas distintas porque, aunque en Valkyria Chronicles 4 se te presentan toneladas de información sobre comandos, unidades, desarrollo y demás variables que afectan tanto dentro como fuera de las batallas, todo se va dosificando para que la asimilación sea un proceso largo, sí, pero totalmente fluido. Ver una partida avanzada de este juego desde fuera puede parecer una locura para los que son totalmente profanos, pero no hace falta más de una hora para saber cómo y por qué actuar así en el juego.

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Gran culpa de esto lo tiene el sistema BLiTZ, máximo responsable también de que no podamos hablar de este videojuego como uno de estrategia por turnos o un SRPG. Los combates transcurren en un mapa donde eliges las unidades a mover y, al hacerlo, automáticamente pasas a una vista en tercera persona en la que manejas a la seleccionada y realizas acciones como disparar a tus enemigos, cubrirte o reparar/curar otras unidades.

Todo esto está limitado por una barra de stamina (PA) y supone el primer paso para adentrarse en el sistema. Hay que añadir que, por ejemplo, no es lo mismo una unidad de reconocimiento que una francotiradora, con más PA para la primera para poder moverse más por el mapa y un mayor alcance de tiro de la segunda para acabar con amenazas lejanas, y que este patrón se repite con todas las disponibles. Especial mención a los nuevos granaderos, con un mortero que es brutal en combate; y a los tanques como el del comandante Wallace que, a pesar de tener una gran capacidad ofensiva, siguen teniendo un punto débil a la espalda por el radiador de Ragnita.

Mas mención se debe hacer, si cabe, sobre lo que ocurre cuando no estás realizando acciones directas. El sistema de juego está planteado de forma que hay que gastar cuidado con las unidades enemigas en todo momento, ya que entrar en su rango de visión es sinónimo de recibir disparos incluso cuando no es su turno, además de sus contraataques después de dispararles. Esto ocurre igual a la inversa, y es un elemento de suma importancia. De hecho, cambia considerablemente las estrategias cuando descubres hasta qué punto puede mermar la salud de tus tropas el no moverse por los sitios adecuados.

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Y ese factor de movimiento es solo uno de tantos. En la lista entra, con una fuerza imparable, el cuartel donde mejorar unidades, preparar armamento o distribuir puntos para hacer que todo el pelotón crezca y aumente su maestría. También los poderes únicos de cada personaje, que dependen de elementos como el escenario o los compañeros que tengan cerca; la afinidad entre soldados e incluso las conversaciones que se tengan en la cantina. Valkyria Chronicles 4 no va solo de batallar y ver una historia, ni tan siquiera de realizar escaramuzas para elaborar un ejército mortífero; también va de escuchar historias y conocer a todo tu pelotón. Prueba de ello es que, para mejorar su eficacia y el compañerismo (provocando que ataquen en conjunto), es necesario conversar y mejorar afinidades.

Hay todo un empaque de mecánicas que van superponiéndose mientras encajan con una maestría difícil de ver en otros juegos. El único problema que puede haber es la abrumadora cantidad de información que te bombardea durante las primeras horas de partida y la densidad de las secuencias de conversaciones antes de entrar en acción; pero una vez coges el ritmo, es toda una gozada sumergirse en unas batallas que son las más largas de toda la franquicia y en una historia que es la más dura de toda la saga.

Esta mejora en todos los sentidos es algo que chirría cuando miramos al apartado técnico. La banda sonora sigue siendo magistral, gracias sobre todo a la mano de Hitoshi Sakimoto, recurrente ya en la saga; pero a nivel visual, aunque el estilo escogido es de lo más acertado y está repleto de detalles, se nota cierto lastre de generaciones pasadas que se debe eliminar. Aunque tenga ese toque de ilustración y una estética anime; aunque las animaciones hayan mejorado considerablemente, falta un empujón más para llegar a los estándares de esta generación.

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

Análisis de Valkyria Chronicles 4 - La guerra siempre es fría

- Jugabilidad: la más compleja y a la vez sencilla de toda la saga. SEGA ha sido muy conservadora y ha decidido no realizar experimentos, pero ha aprovechado el nuevo hardware para conseguir batallas más grandes y largas. Nuevas unidades y todo un sistema repleto de elementos que, aunque pueda asustar al principio, se domina con una facilidad pasmosa.

- Gráficos: el punto más flojo de todo el conjunto. La estética está bien planteada y los diseños, si se escudriñan a fondo, están repletos de pequeños detalles; pero el nivel general no llega a estar a la altura de lo que hemos podido ver en esta generación de consolas.

- Sonido: genial banda sonora, genial doblaje y genial reparto de efectos sonoros. Un aspecto impecable en el que se nota la mano de alguien que lleva años dando vida a la música de la franquicia. Sakimoto ha vuelto, y el resultado es de lo mejor que ha dejado en toda la saga.

- Duración: la historia principal cuenta con una buena ristra de capítulos que pueden superar las 20 horas con suma facilidad e incluso acercarse a las 30 si solo te centras en ella. En el caso de que te dejes llevar un poco por las escaramuzas y todos los otros aspectos del juego, la cifra sube a 50 horas casi sin darte cuenta.

- Conclusión: SEGA consigue que un género bastante áspero pueda acoger de forma amistosa a prácticamente cualquier jugador. Valkyria Chronicles 4 sorprende por su historia, que puedes disfrutar en perfecto castellano, pero también por el planteamiento de unas mecánicas que se dominan rápidamente. Ojo con él, porque puede ser sumamente absorbente.

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