Incluso desde PlayStation comienzan a posicionarse contra Activision y Bobby Kotick

Bobby, calienta que sales.

Incluso desde PlayStation comienzan a posicionarse contra Activision y Bobby Kotick

Ahora mismo, Activision es un circo de los horrores y le están creciendo los enanos por todas partes. Tal y como mencionamos recientemente, toda la polémica alrededor de las demandas contra Activision Blizzard por acoso y sexismo se ha reactivado con fuerza después de que Bobby Kotick, presidente de la compañía, fuese señalado por conocer esas situaciones de acoso e ignorarlas, permitiendo que se siguieran perpetrando dentro de las oficinas. La sangre está llegando al río de tal manera que, incluso Jim Ryan, mandamás de PlayStation, se ha posicionado abiertamente en contra de Kotick y esta famosa compañía de videojuegos.

Así lo explica Jason Schreier en Bloomberg, en el que destaca que, vía email, Jim Ryan se ha mostrado "muy decepcionado" por la actitud de Activision frente a su situación actual y "desanimado y francamente sorprendido" respecto a las declaraciones de la compañía respaldando a Bobby Kotick. De hecho, también añade lapidariamente que "no creemos que las declaraciones aborden adecuadamente la gravedad de la situación", dejando bien claro que se aleja de la postura que Activision Blizzard muestra públicamente. Una postura lógica, teniendo en cuenta que, sin dinero de por medio, nadie en sus cabales querría estar cerca de ellos en la actualidad.

El ruido viene de lejos. Muy lejos. A pesar de que el origen de Activision surgiera como respuesta a las nocivas prácticas que se practicaban en Atari hace décadas, la empresa se ha degenerado en la misma dirección, tal y como apuntan todas las acusaciones dirigidas a la empresa. En los últimos meses, pudimos ver cómo se destapó el escandalo de acoso y prácticas sexistas, pero hubo más cosas antes de eso, y ha habido otras después también muy graves.

Por ejemplo, mucho antes de que se destaparan estos escándalos machistas, Activision en General y Kotick en particular estaban dando una mala imagen con despidos masivos, el cierre de la división europea de la empresa, mientras el CEO se llevó una prima por objetivos de 200 millones de dólares. Esta polémica prima, de hecho, le obligó a bajarse el sueldo posteriormente para mejorar su imagen pública.

Además, desde que saltó toda esta ola de acusaciones, ha habido terribles acciones que demuestran, una vez más, la falta de interés de Activision Blizzard en hacer las cosas como es debido. Por una parte, encontramos las tibias medidas que supuestamente venían a paliar esta situación de acoso, que implicó algún que otro despido, pero no fue ningún tipo de revolución. Por otra parte, también está el caso de Jen O'Neal, que pasó a codirigir Blizzard tras el escándalo y se vio obligada a dejarlo en tan solo dos meses por el acoso que sufrió. También encontramos el respaldo público de la directiva a Bobby Kotick, o incluso medidas como contratar a empresas anti-sindicatos para evitar amotinamientos entre los trabajadores de la compañía.

La situación de Activision es insostenible, tanto para ellos en particular como para la industria del juego en general y, cuanto antes se tomen medidas de peso, antes se purgará del mundo de los videojuegos este tipo de practicas que, lamentablemente, siguen lejos de terminarse.

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