Jefes de videojuegos que no puedes derrotar hagas lo que hagas
Atención, este artículo puede contener SPOILERS de varios juegos.
Desde que los videojuegos existen los desarrolladores han querido ponernos retos que nos pusieran a prueba. Algunos optan por acertijos, otros por situarnos ante oleadas casi infinitas de enemigos y unos últimos por enfrentarnos a un poderoso y difícil jefe, un enemigo superior a la media del título en cuestión. De ellos concretamente queremos hablarte hoy, pero de unos jefes de videojuegos bastante especiales.
Y es que en la lista que te dejamos a continuación encontrarás una selección d e jefes de videojuegos que no podías vencer de ninguna manera hicieras lo que hicieras. Tal vez en una batalla posterior sí lo consiguieras, pero en otros enfrentamientos eran invencibles por unos u otros motivos. Sin más dilación te dejamos con algunas de nuestras propuestas y te invitamos a que nos dejes las tuyas propias en la caja de comentarios.
**Nadine Ross (Uncharted 4: El desenlace del ladrón) **
La que será la coprotagonista del esperado Uncharted: El legado perdido ponía en serios aprietos a Nathan Drake en Uncharted 4. Nadine Ross no solo es la líder del grupo de mercenarios Shoreline, sino que es una habilidosa combatiente. El bueno de Nate debía sufrirla en un par de ocasiones a lo largo de la aventura que comparte junto a su hermano Sam. Lo que está claro es que el cazatesoros no olvidará esas tundas.
**Fortune (Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty) **
En el primer enfrentamiento contra Fortune, uno de los jefes más misteriosos de cuantos nos encontraríamos en Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty, no teníamos ninguna posibilidad. Fortune tenía la capacidad (y la maldición) de repeler toda bala que fuera a impactar contra ella, de modo que lo único que podíamos hacer durante ese primer combate era resistir hasta que saltara la cinemática que nos librara de ella.
**Dragón guapo (Borderlands 2) **
En el DLC Tiny Tina’s Assault on Dragon Keep de Borderlands 2 teníamos que enfrentarnos a un jefe de lo más imponente. Nos referimos al Dragón guapo o Handsome Dragon. En su primera aparición no podíamos dañarle de ninguna forma, mientras que él nos lanzaba bolas de fuego que fácilmente podían acabar con nosotros de un solo impacto. Luego desaparecía para reservarse para en enfrentamiento posterior.
**Baxx, mano de Oryx (Destiny: El rey de los poseídos) **
Este jefe también corresponde a un DLC, concretamente a El rey de los poseídos de Destiny, probablemente la mejor expansión de la obra de Bungie. En este caso el enemigo en cuestión es Baxx, mano de Oryx, que en su primer encuentro también era un hueso duro de roer. Y es que Baxx se acababa transformando en la mano de Oryx para evitar que acabáramos con él mientras protegía el alma de Crota.
**Kusabi (Project Zero 2) **
Los fantasmas de la saga Project Zero o Fatal Frame (según el lugar en el que residas) siempre han sido un quebradero de cabeza. Kusabi era el más molesto de todos en Project Zero 2, pues nos encontrábamos con él en multitud de ocasiones a lo largo de la aventura y no podíamos derrotarle de verdad hasta el combate final. Hasta entonces solo era un estorbo y una forma muy efectiva de ponernos los pelos de punta.
**The Sorrow (Metal Gear Solid 3: Snake Eater) **
Esta no es en realidad una batalla de jefe al uso, pues no nos enfrentamos directamente a The Sorrow, sin embargo es una de las más especiales de la historia. Mientras tenemos a The Sorrow de fondo vamos caminando por un río en el que aparecen todos los soldados que hemos matado durante el juego, mientras que al final aparecen los miembros de la unidad Cobra a los que hemos eliminado. Sencillamente inolvidable.
**Big Sister (BioShock 2) **
La segunda entrega de la saga BioShock necesitaba sorprender al jugador para estar a la altura de la primera. No lo estuvo, pero introdujo un elemento muy interesante: las Big Sisters. Se trata de enemigos tan blindados como los Big Daddies pero con una movilidad mucho más ágil. En nuestro primer enfrentamiento solo podíamos debilitarla hasta que acababa escapando por una cristalera. Más tarde ya ajustaríamos cuentas.