Un casino vende un spray para acabar con la adicción a los videojuegos

Un casino vende un spray para acabar con la adicción a los videojuegos

¿Alguna vez tu pareja no te hacía suficiente caso por pasarse el día jugando? Pues tenemos la solución a tus problemas. Un casino online de Canadá ha puesto a la venta un spray que hace que la gente deje de jugar a videojuegos. Sí, como leéis. No podemos comprobar su veracidad, pero sí contaros unos cuantos detalles más gracias a Dualshockers.

El caso es que este spray detalla que sirve "para evitar que tu pareja juegue a los videojuegos". Aparentemente, esto se ha creado, según este blog sobre ello, después de que un estudio de la "Universidad Brigham Young encontró que el 75 por ciento de los cónyuges, cuya pareja es un jugador, desean que su pareja ponga más esfuerzo en su matrimonio y menos en los videojuegos".

¿A qué olerá este spray? Al contrario que las nubes, huele a una combinación de diferentes aromas propiciados por estos ingredientes que hacen que el mando o la consola acabe apestando:

  • La esencia de la fruta del durián
  • Aceite esencial de pachulí
  • Kala namak (sal negra de huevo)
  • Aceite esencial de ajo
  • Vinagre

Un casino vende un spray anti gamers

El spray vale unos 6 dólares y de momento está agotado. Una de las cosas más curiosas (por si esto os parece poco) son las reviews de los consumidores:

"Me he divertido tanto usando esto con mi marido. El mando está guardado en una caja antes de que tenga la oportunidad de rociarle estos días. Ahora nos reímos de ello... ¡Yo rocío en lugar de gritar!"

"No es divertido cuando tu novia prefiere pasar el tiempo con Geralt de Rivia, que contigo. Puede que tenga espadas geniales pero yo tengo un arma secreta... este spray. ¡El hedor es increíble!"

"A mi novia y a mí nos encantaban los videojuegos. Pero tenemos gustos diferentes... no éramos compatibles con la consola. Este spray lo cambió todo. ¡¡Apesta!! Ahora asociamos los juegos con este olor horrible."

Desde luego estamos ante una de las cosas más absurdas que recordamos. Pero oye, como medida extraordinaria...

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